No hay duda que Jesús le dejo a su Iglesia y sus discípulos una clara misión en el mundo y para todos los tiempos.
18Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28.18–20 (NVI)
7—No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre—les contestó Jesús—. 8Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Hechos de los Apóstoles 1.7–8 (NVI)
Si nos ocupamos de estas cosas estaremos haciendo lo que agrada al Padre, estaremos dando cumplimiento y continuidad a la misión de Jesús y experimentaremos con más intensidad la presencia y el poder del Espíritu Santo!
Escuchemos atentamente hoy lo que el Espíritu le está diciendo a la Iglesia!