¿Quién es Jesús?

El Autor de nuestra salvación

Jesús hace 2000 años nació en un pequeño pesebre. Todos hemos escuchado esta historia. Dios, hecho hombre, se sacrificó para pagar por nuestros pecados y por ese sacrificio ya no estamos separados de Dios y Su bondad.

Por causa del pecado estábamos separados de Dios. Romanos 3:23 dice,”Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Esto se aplica a toda la raza humana.  Pero por el gran amor de Dios, Él mismo se cubrió de humanidad y vino a la tierra como un simple hombre, a través de la vida de su Hijo Jesucristo. Jesucristo Vivió entre nosotros y se sacrificó a sí mismo, todo por Su gran amor hacia la humanidad. El costo de nuestro pecado fue Su vida, y Él dio su vida para que por medio de Él recibiéramos la salvación. Juan 3:16,  “Por Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”

Jesús vino para que tengamos una vida abundante. Vino para cargar nuestras debilidades, nuestras enfermedades, nuestro dolor, para que podamos caminar en total libertad, paz, poder y propósito.

 

Bautismo en agua

El bautismo es la acción de ser sumergido en el agua, representa ser sepultado con Cristo. La acción de salir del agua representa la resurrección de Cristo. La Biblia declara, “¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en Su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en Su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva” (Romanos 6:3-4 NVI)

En nuestra iglesia tenemos dos requisitos antes de que una persona sea bautizada: (1) la persona que está siendo bautizada debe haber confiado en Jesucristo como Salvador, y (2) la persona debe entender lo que significa el bautismo. Si una persona conoce al Señor Jesús como Salvador, entiende que el bautismo es un paso de obediencia al proclamar públicamente su fe en Cristo, y su deseo de ser bautizado.

 

Una vida nueva en Cristo

“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo”  (2 Corintios 5:17 NVI)

El paso más grande de fe que podemos tomar en nuestras vidas es creer lo que Dios dice acerca de quién es Jesús y aceptarle como nuestro señor y salvador.

Creemos que el segundo paso que se puede tomar es creer lo que Dios dice sobre quien eres. ¡Tú eres una nueva creación en Cristo! La Biblia dice en Romanos 6:14 NVI  “Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia”

Una mejor, maravillosa y real vida es la que únicamente podemos encontrar en Jesús. Cuando nos volvemos cristianos tenemos una nueva vida en Él.

Finalmente, le animamos a involucrarse en nuestros pequeños estudios de discipulado que es donde aprenderá los fundamentos de lo que es caminar con Dios. Únete a nosotros y descubre las hermosas promesas y bendiciones que Dios tiene para Sus hijos.

Comprometerse

Viva su decisión

Una vez que has recibido a Cristo, es importante practicar su fe a través de un plan de acción, devoción y dedicación al Señor por medio de tu participación en una iglesia local.

 

Conectarse, crecer, servir

Para tener éxito en tu vida cristiana, es esencial empezar a congregarte, crecer y servir.  Debes tener comunión  con otros creyentes para animarse y fortalecerse los unos a los otros. También puedes crecer uniéndote a los grupos pequeños que se reúnen todas las semanas,  los grupos de discipulado, los cursos de extensión del Seminario Bautista.  Y puedes servir a los demás mientras sirves a Dios en los diferentes ministerios que tenemos en nuestra iglesia. Servir a los demás no se trata sólo de la iglesia, sino de un estilo de vida.

 

Sea generoso

Pero esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también cosechara. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra.  2 Corintios 9: 6-8.

“Cada domingo ofrendamos a Dios, como expresión de amor y gratitud. Los Hijos de Dios lo hacemos voluntariamente, con alegría y con fe reconociendo la bondad y fidelidad de Dios sobre nuestras vidas. Están invitados a participar en este mismo sentir. Las Ofrendas son usadas para saldar los múltiples Ministerios que se desarrollan dentro de la  Iglesia”.

Conectarse

Entrando en la Familia de Dios

El Segundo propósito de tu vida.

FUISTE HECHO PARA INTEGRAR LA FAMILIA DE DIOS. Hebreos 2:10: «Dios es quien hizo todas las cosas, y todas las cosas son para su gloria. Quería tener muchos hijos para compartir su gloria». Dios quería tener una familia. Por eso estamos aquí.  La Biblia nos dice que planeó todo lo existente en el universo para que naciéramos, para que pudiéramos compartir su gloria, para que pudiéramos integrar su familia.

 

En la familia de Dios hay CUATRO NIVELES DE COMUNIÓN, en primer lugar, es el segundo propósito de tu vida, es imposible cumplir los demás propósitos que Dios tiene en tu vida si no hay comunión. No estás en la tierra para estar solo, para arreglártelas por ti solo en la vida. El hecho es que nos necesitamos unos a otros.

 

EL PRIMER NIVEL ES LA MEMBRESÍA. Es «Elegir pertenecer». Ese es el nivel más básico. Significa que debes encontrar una iglesia para que sea tu familia, y tú mismo eliges unirte a ella. Efesios 2:19; «Ya son ustedes… miembros de la familia de Dios, ciudadanos del país de Dios y conciudadanos de los cristianos de todas partes». Son miembros. La vida cristiana no se limita a creer, es cuestión de pertenecer.

 

EL NIVEL DE LA AMISTAD.  Aprender a compartir. Dios te creó a su imagen y, por lo tanto, fuiste hecho para relacionarte. La Biblia dice: «No es bueno que el hombre esté solo». En otras palabras, fuimos hechos el uno para el otro. La vida no es una obra unipersonal. Necesitamos tener amigos. La Biblia dice: Hechos 2:44: «Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común».

 

EL TERCER NIVEL ES EL SERVICIO. El servicio es darse cuenta de que tengo que colaborar y que debo contribuir, que la familia de Dios te necesita. Nos servimos unos a otros. Nos amamos unos a otros. Oramos unos por otros. La Biblia dice incluso que debemos soportarnos unos a otros mientras hacemos todo esto.

 

NIVEL DE COMUNIÓN EN LA FAMILIA DE DIOS. Hechos 2:42; Dios dice que no somos como una familia: somos una familia. En Romanos 12:10 la Biblia dice: «Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente». En la Biblia la palabra griega para comunión es «koinonia». La raíz literalmente significa estar comprometidos unos con otros tanto como lo estamos con Jesucristo; ese es el nivel culminante de comunión. Estar comprometidos entre sí como estamos comprometidos con Jesucristo.

Crecer

Cómo crecer firmes

  1. Disfrutar de la lectura de la Biblia.
  2. Memorizar versículos.
  3. Experimentar momentos de comunión con Dios.
  4. Participar en un grupo pequeño.
  5. Asistir a las diferentes actividades de la iglesia, ya sea de discipulado o evangelismo.
  6. Asistir al Grupo de Oración.
  7. Congregarse todos los domingos.

Es natural que crezcamos, y nuestro crecimiento personal deberá ser una meta diaria porque así llegaremos a la altura del diseño de Dios para nuestra vida.

Servir

Haga algo por los demás

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”
EFESIOS 2:10 (NVI)

Fuiste puesto en la tierra con un propósito: para servir a Dios y a los demás. Siempre que sirves a otros de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo uno de tus propósitos. No estamos en la tierra solo para respirar, comer, ocupar un espacio y divertirnos. Dios nos formó individualmente para que hiciéramos un aporte singular con nuestras vidas.

Dios te redimió para que hicieras su obra santa. Tú no eres salvo por buenas obras, sino para hacer buenas obras. En el reino de Dios, tienes un lugar, un propósito, un rol y una función que cumplir. Esto le da a tu vida un gran valor y significado. Una vez que has sido salvado, Dios intenta usarte en sus planes. Él te tiene un ministerio en su iglesia y una misión en el mundo.

“Él es quién nos salvó y escogió para su obra santa, no porque lo merecíamos sino porque estaba en su plan”
2 TIMOTEO 1:9 (BAD)

Jesús dijo: “Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida”
MATEO 20:27-28 (BAD)

 

Dar

El dar como un estilo de vida

El dar es un principio bíblico que cuando lo obedecemos, produce una abundante cosecha en nuestra vida. Dar no se limita sólo a nuestras finanzas; es un estilo de vida. Cuando vivimos con un espíritu dadivoso, cuando damos al Señor nuestros diezmos y ofrendas, cuando damos a los necesitados, cuando damos de nuestro tiempo, amor, recursos, ¡estamos sembrando semillas que Dios se encargará de hacerlas producir una abundante cosecha! No sólo bendiciones financieras, sino riqueza en cada área de la vida.

Proverbios 3:9-10
Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.

Malaquías 3:10
Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto –dice el Señor Todopoderoso –, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.