El rey David fue un gran hombre de DIOS y cuando leemos lo que nos dejó en los Salmos podemos entender como recibió y comprendió el gran amor de nuestro SEÑOR.
Meditemos en el Salmo 119: 57 -64; especialmente en los versículos 57 y 58 encontramos como podemos recibir “nuestra porción” y descansar en sus promesas.
¿De qué estamos alimentando nuestra vida espiritual?; ¿es realmente el Señor mi porción?
Si creemos y tomamos como nuestras sus promesas, estando dispuestos a dar marcha atrás en los momentos en que nos desviamos de su camino, nuestra vida cambiará, pero es imprescindible que recibamos nuestro alimento diariamente para que el Espíritu Santo nos de convicción de pecado y podamos asegurarnos de que estamos en el camino correcto.
Es hora de empezar a alimentarnos de la palabra de DIOS,caminar junto a él y por sobre todas las cosas guadarla en nuestro corazón
Pr WASHINGOTN FEIPPE