Adversidad y adversidades! Quien no las conoce? Son parte de nuestra vida humana. Hay momentos y hay temporadas en que todo parece salir mal, la vida se hace un esfuerzo y el viento sopla en contra!

Hay muchos y muchas familias en la Iglesia pasando por esta experiencia en este momento.

Que diremos? Que haremos? Abandonar, bajar los brazos y dejar de creer, esperar en Dios y entregarse a la derrota? Pero todavía renunciar al Señor y buscar aliviar y resolver la adversidad de otras maneras?

El apóstol Pablo en la palabra nos recuerda:

“¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?  Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8: 35 – 38

 Cristo esta a la derecha de Padre en un lugar de autoridad espiritual intercediendo y abogando por nosotros, cuidando, velando y guiándonos mientras atravesamos las tormentas.

Escúchale! Obedécele! Sigue sus instrucciones! No seamos necios y rebeldes! El nos lleva a bueno puerto!

Dios te bendiga!

Tomas Robertson
Pastor