El profeta Jeremías estaba pasando grandes aflicciones, sin embrago podía decir “El gran amor del SEÑOR nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El SEÑOR es todo lo que tengo. ¡En él esperaré! “ Lamentaciones 3: 22-24
Todos pasamos por esa batalla en la mente frente a la prueba y la adversidad cuando se cruzan las ideas de desanimo, el sentirse víctima y de abandono. El profeta también lo sufrió pero podía superarse al valerse de su fe y sobre todo en su dialogo interno al afirmar su esperanza en Dios.
Que te dices a ti mismo en tu cabeza? Tus ideas que te están diciendo? Te tiran hacia abajo o te llenas de pensamientos de fe?
Jeremías salió del pozo afirmado en el amor de Dios, su misericordia y du fidelidad.
En quien y en que nos afirmamos nosotros? Hay muchas pruebas pero tendremos muchas victorias en el Señor!
Tomas Robertson
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